Mucho mas que concurrir a la plaza

El sábado pasado realizamos nuestro primer encuentro presencial “post cuarentena” en la ciudad de Buenos Aires y junto al equipo elegimos una plaza para ello.
Pensamos que la plaza era el lugar ideal para que los niños que concurrían a “Tercer Tiempo”, antes que se declarara el aislamiento preventivo, y que seguían las actividades de juegos vía dispositivo electrónico durante tantos meses, pudieran sentirse cómodos en un contexto naturalmente conocido y agradable.
Sabíamos, que quizás, los padres podían tener dudas y pensar: ¿Qué actividad se puede hacer en una plaza cuando hay muchos otros niños en el lugar, ¿Qué puede tener de “terapéutico” ir a una plaza ?, ¿Si yo ya lo llevo, no es lo mismo?.
Pensamos en diseñar en este maravilloso espacio, un dispositivo que va mucho más allá que lo habitual de llevar al niño a la plaza y que juegue solito. Obviamente muchos niños pueden jugar solos, pero otros no, y necesitan un apoyo para poder poco a poco desplegar juegos en este espacio maravilloso. Una plaza es mucho más que un espacio de juegos, es un lugar donde se experimentan sensaciones, donde el niño puede tomar conciencia de sus posibilidades corporales, y aunque no es fácil, ya que salvo algunas excepciones los juegos son para desarrollo y para experimentar experiencias individuales, los niños puedan armar vínculo con el otro.
Nosotros acompañamos con Tiempo a cada niño con diversidad funcional para que conozca el lugar, empezar a sentirse cómodo, separándose de los padres y Tiempo para el juego espontaneo. En una segunda etapa realizamos actividades grupales. Fuimos mediadores entre el niño y el objeto y vínculo entre el niño y otro niño, en algunos casos al que conocía ahí mismo, en ese lugar.
Muchas veces escuchamos a papis y mamis hablando de su hijo o hija diciendo, “lo llevo a la plaza y no juega…no habla con nadie”. La plaza puede ser un lugar “muy solitario aunque jueguen otros niños”. Sin dispositivos adecuados para construir el vínculo, el niño puede deambular estando “solo” a pesar de estar rodeado de otros niños. Cuando esto sucede, aparece la frustración de los padres quienes directamente dejan de llevarlo a la plaza y así el niño pierde un espacio vital de encuentro y desarrollo físico emocional, cognitivo y social.

Es por esto, que cuando pensemos en una plaza valoremos toda la gama de posibilidades que puede haber allí pero también pensemos que para que la actividad lúdica y de goce aparezca, el niño y/o niña puede necesitar de otra presencia junto a él, para asistirlo, para quitarle miedos o para incentivar los vínculos. Tercer Tiempo construye puentes; mediando para que los niños jueguen y se encuentren en el juego.
No alcanza solo con “llevarlo a la plaza”.

Nota Leo Canaparo Coordinador Tercer Tiempo