Estamos viviendo un momento muy difícil en todo el mundo con el coronavirus. Fronteras cerradas, ciudades enteras en cuarentena y todos nosotros en nuestros hogares sin la posibilidad de poder salir, salvo para abastecernos de alimentos o comprar medicamentos.
Dentro de esta realidad que nos toca vivir nos encontramos que debemos pasar muchas horas, días o semanas con nuestros hijos sin poder ir a una hamburguesería, salir a una plaza o a un club o al cine u otro lugar de divertimento. Ahora, el esparcimiento el momento lúdico de los niños depende exclusivamente de nosotros, algo que muchos padres no habían puesto en práctica en el pasado. Aparece una pregunta, mezcla inquietud, mezcla pánico
¿Qué hacemos?
En primer lugar no tenemos que alarmamos. No debemos ser expertos en actividades lúdicas o buscar un tutorial en google, lo maravilloso de la acción de jugar y del juego propiamente dicho es que esta dentro de todos nosotros, a pesar que algunos piensen que no, o lo ejerciten poco, el juego va aparecer porque queda grabado en nuestro ser desde que nacemos en cada experiencia lúdica que vivimos en el pasado. Es decir el jugar esta, solo hay que despertarlo.
En segundo lugar hay que brindar el espacio para que el juego se desarrolle. Y no se necesita un gran salón, puede ser un pequeño patio o balcón, el living de casa o tan solo una mesa. No importa si es pequeño el espacio lo importante es que sea grande nuestra imaginación.
Es importante mirar un rato a nuestros niños para ver qué tipo de juego prefieren. Los hay aquellos que buscan con una mayor carga de intensidad o tono alto, o los que prefieren por lo general algo tranquilo, o relacionado con habilidades manuales, los más deportistas, etc . Miremos esto y sumémonos a lo que ellos nos plantean.
¿Jugar con la Play? Ok, pero un rato, NO todo el día. La Play es estimulo constante, sin pausas, a diferencia del juego que tiene pausas o cortes momentáneos que dan momentos de reflexión o giro hacia otro juego. A otra invención. Si en la Play jugamos a la guerra es probable que nos quedemos 10 horas en esa guerra atrapados.
Y por último a los padres les digo que siéntanse libres de jugar. En el juego las reglas se acomodan constantemente, la asimetría hijo – padre esta pero queda de lado mucho veces porque es el niño quien pone las reglas y lleva el juego para el lado que él quiere. No importa, déjense llevar. Será un camino maravilloso y divertido, se los aseguro.
Nota Leo Canaparo
Coordinador Juegos y deporte – Tercer Tiempo
Diplomado en juegos para la primera infancia
leonardo.canaparo@tercertiempo.org
