JUGANDO CON LAS ESTRELLAS – TERCER TIEMPO EN EL PLANETARIO

La Convención de Derechos de las personas con discapacidad nos plantea “promover, proteger y asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”.

Y así también en cada artículo, nos va planteado los derechos a vivir en la sociedad, la única, la sociedad en la que cada uno nace y tiene derecho a desarrollarse. Para ello, es imprescindible que esta misma sociedad elimine las barreras, algunas físicas, y otras culturales y sociales que impiden que las personas con discapacidad transiten los mismos espacios que las personas sin discapacidad.
A Tercer Tiempo asisten niños, niñas con CEA y sin diagnósticos. Jugamos cada sábado en  Fútbol Noble. Un lugar al que concurre mucha gente a practicar diferentes deportes. El juego y el deporte es el gran medio para compartir la vida en estos aspectos: el ocio, el movimiento y el juego, meriendas, almuerzos y también todos los imponderables que suceden cuando salimos a las calles, cuando estamos en grandes espacios donde suceden muchas cosas al mismo tiempo.
Tercer Tiempo es el “Tiempo” para que en Equipo: – profesionales, familias y niños y niñas- trabajemos juntos construyendo “andamiajes”. Los andamiajes son puentes que nos acercan en las diferencias, son estrategias que permiten que cada uno reciba lo que necesita y comparta lo mejor de sí.
Así, este sábado visitamos el Planetario. Caminamos todos juntos por Palermo, continuando con las exploraciones en el bosque como hacemos en cada encuentro, con mucha adrenalina para llegar a ese edificio emblemático que íbamos viendo de a poquito, en nuestra foto-comunicador. Cuando llegamos, nos encontramos con Analía del equipo del Planetario, quien nos recibió amablemente y contempló nuestros tiempos, ingresamos un ratito antes de que empiece la función y cuando las luces se apagaron….empezamos a viajar por el cielo, dibujamos estrellas, escuchamos cuentos fantásticos, bailamos, y nos reímos. También recorrimos el museo interactivo, todos subimos al simulador del cohete espacial; super divertido! (todos no!…algunos grandes no se animaron!)
Y allí, entre medio de tantos chicos y chicas y sus familias que pasean cada sábado, estuvimos compartiendo ese bullicio, paradójicamente sin mucha estridencia, pero con la sensación de haber eliminado otra barrera social . “Y con la emoción de haber ganado”.