DEL TRASTORNO A LA CONDICIÓN

El tiempo no se detiene afortunadamente y la percepción y la dirección de los conceptos van evolucionando. Vamos cambiando, gracias a la experiencia profesional, hábitos laborales, objetivos trazados, y en especial la manera de visualizar al otro.

Es por esto que en el trabajo del día a día nos vamos encontrando con situaciones nuevas de la cotidianidad que nos hacen reconsiderar  pensamientos y la manera de evaluar, tanto en el trabajo, como en la forma de relacionarme con el otro.

En estos años junto a los niños con los que trabajamos, con diagnósticos de TEA (trastornos del espectro autista) vamos observando que quizás esta forma de calificar “a una manera de ser distinta” de estos niños, no sea la adecuada.

Cuando se plantea algo desde un “trastorno” ya se lo esta haciendo desde un inconveniente, desde algo que pasó, esta presente y es difícil de superar. A un trastorno hay que separarlo y si es posible evitarlo. Según la Real Academia española la palabra “trastorno” se vincula con:

  1. Invertir el orden regular de algo.
  2. Alterar la normalidad del funcionamiento de algo o de la actividad de alguien.
  3. inquietar (‖ quitar el sosiego).
  4. Perturbar o alterar el funcionamiento normal de la mente o la conducta de alguien. La droga lo trastornó. Se trastornó tanto que parecía loco.
  5. Volver algo de abajo arriba o de un lado a otro.
  6. Psicol. Perturbación de las funciones psíquicas y del comportamiento.

 

Todas estas definiciones que encontramos están mas del lado del que cómo vemos nosotros a “lo diferente” o nuestra mirada hacia el otro, que de la condición de esa persona en si misma. Porque cuando encasillamos al otro en un “trastorno” por un lado es muy difícil que pueda salir algún día, y por el otro nos paramos en una patología que posee el otro y no en su condición individual como sujeto.

Y en esta última palabra quiere hacer foco: “Condición”. Vuelvo a la Real Academia Española a ver que dice:

  1. f. Índole, naturaleza o propiedad de las cosas.
  2. f. Natural, carácter o genio de las personas.
  3. f. Estado, situación especial en que se halla alguien o algo.
  4. f. Constitución primitiva y fundamental de un pueblo.
  5. f. Situación o circunstancia indispensable para la existencia de otra. Para curar enfermos es condición ser médico. El enemigo se rindió sin condiciones.
  6. f. Calidad del nacimiento o estado que se reconocía en las personas, como el de noble, el de plebeyo, el de libre, el de siervo, etc.
  7. f. Cualidad de noble. Es hombre de condición.

(Real Academia Española Todos los derechos reservados)

 

Vemos que nos encontramos más cómodos en estas últimas definiciones cuando trabajamos con los niños, porque habla de algo “natural, “naturaleza de las cosas”, “genio”, “situación que se halla alguien”, saliendo de una mirada dolosa, de paciente enfermo para pasar a otra superadora que lo reconoce como un individuo con otra condición, tan simple y tan bueno como eso. Todos los días vemos niños y niñas que al trabajar a partir de escucharlo, apoyarlo respetando sus deseos o necesidades, su reacción tanto hacia nosotros los adultos, como hacia otros niños es muy distinta, evidencia una condición positiva y poco a poco va logrando estar mas tranquilo y relajado, logrando socializar y sentirse cómodo en un entorno que lo valora y escucha.

 

Los tiempos van cambiando y tenemos que empezar a ver que quizás un niño que hoy está etiquetado como TEA deje esa etiqueta y hablemos de CEA, respetando, sus gustos, sus deseos, su individualidad. Nuestro apoyo profesional debe ir  en ese camino, valorándolo como un sujeto para que transite por esta vida como uno más de todos nosotros.

Tan simple y tan importante para su calidad de vida.

 

Nota Leo Canaparo, Co-fundador de Tercer Tiempo