Habilidades sociales – una realidad posible de construir

En el ámbito de la diversidad funcional, con frecuencia se escucha hablar sobre el derecho de las   personas con discapacidad de relacionarse e interactuar en grupos sociales convencionales. 

Al mismo tiempo, observamos que es usual que las personas no cuenten con los apoyos y dispositivos para poder cumplir con esta necesidad de una vida de calidad. Las personas neurotípicas van adquiriendo las herramientas necesarias para participar en grupos sociales en el “mientras tanto”: mientras van al jardín o al colegio, al club, jugando con amigos, participando de un cumple, etc. En ese devenir del juego y la interacción sucede que se frustran, se enojan, se pelean y se amigan, aprenden que no todos los espacios en los que toca participar son de su agrado pero que igual pueden o intentan permanecer sin sentirse mal, sin desbordarse e intentando regular el enojo a partir de habilidades adquiridas. En el transcurso del crecimiento se aprende a tener la tolerancia, con tiempo aceptar si algo gusta o no, a aceptar al diferente, a esperar el turno.

Cuando los niños y niñas poseen alguna característica que les impide participar en  espacios sociales, este aprendizaje con frecuencia es salteado y ocupado plenamente por terapias que prometen resolver este montón de dificultades. Sabemos que si sólo este aprendizaje se mantiene en consultorios, será muy dificultoso  para los niños y niñas adquirir las habilidades necesarias para interactuar en sociedad, ya que  en lo cotidiano permanecen fuera de ella.

En que consiste una habilidad social? Es la  capacidad para interactuar en sociedad, capacidad para compartir espacios con nuestros pares, aceptar nuestros tiempos y los tiempos de otro, poder decir lo que deseo sin enojo, sin quedarme en la etapa de  frustración permanente.

Esta dificultad de interacción social se observa con mayor complejidad en adolescentes y jóvenes  con discapacidad porque es la edad en que comienzan a tomar conciencia de la “falta de pertenencia” a un grupo. Comienzan a necesitar y  pedir formar parte de grupos sociales,  pero a muchos les falta el aprendizaje “no adquirido” en la niñez.

Este aprendizaje es posible si lo diseñamos con apoyos, constancia y el acompañamiento tanto de la familia como de profesionales especializados en la temática.

Para lograr que se cumplan los pasos necesarios, el diseño de estrategias debe tener lugar en espacios convencionales. Creemos que no es posible aprender a interactuar socialmente “solo” en un espacio terapéutico.

En el caso de jóvenes y adultos que no tuvieron oportunidades para incorporar esta habilidades sociales en la infancias, comienza una controversia emocional interna  siendo claves en este proceso de construcción de aceptación de los otros, el apoyo de las familias, de los equipos terapéuticos y demás actores del entorno.

En Tercer Tiempo promovemos la participación de las personas con diversidad funcional en espacios convencionales. Desarrollamos espacios de valoración y desarrollo individual para su participación en la vida comunitaria.

Consideramos fundamental el derecho a elegir, disfrutar, compartir, divertirse y crecer y aceptar y ser aceptado.

Es un proceso de aprendizaje compartido entre las personas con diversidad, sus familias y los profesionales. Un desafío utópico que nos sirve para caminar…. 

 

Fabiana Dibb

Coordinadora del Área de Comunicacion – Asociación Civil Tercer Tiempo

Técnico en Comunicacion Social 

Especialista en Accesibilidad y en Comunicacion Alternativa y Aumentativa 

Acompañante Terapéutico